Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 09/02/2017. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. TOMO 1 NúMERO el nombre de "órganos adiposos", se han 、・ウセ@ co n . . 1 E n un reoente . anima es. rito en muchas ・ウーciセ@ セイ。「ェッL@ en セQ@ que, se hace una revisión. ,muy amplia de la biblwgrafia sobre esta cuestwn, sus!enta WELLS 1 que ャセェッウ@ 、セ@ deber considerarse al tejido adiposo como una modalidad del conectivo que almacena la grasa, hay que estimarlo como un órgano especial, con s.u ウゥョァオャ。イ■セュッ@ . desarrollo et?briológico, sus vanantes en las diversas espeCies animales y, ウッ「イセ@ todo, con una rica gama de alteraciones patológicas. Hay histólogos, como HAMMAR y CHIARI, quz han adoptado en este debate una actitud ecléctica suponiendo existen dos tipos de tejido adiposo derivados del tejido conjuntivo: uno de ellos se diferenciaría en grado sumo constituyendo el tejido graso especializado, de aspecto lobulado, que integra ciertas formaciones grasas como la glándula invernante de algunos mamíferos, la grasa perirrenal o pe1iaórtica, la grasa interescapular, etc., etc. El otro serÍJ sencillamente tejido conjuntivo sobrecargado con grasa. Siguiendo a MALLORY y a MAXIMOW, ウッエゥ・ョセN@ en cambio, WELLS la autonomía de la célula grasa y su independencia del ヲゥ「イッャ。ウセ@ to, fundándose sobre todo en que, incluso en ー・イセ@ son as de edad avanzada, un in tenso adelgazamiento nunca se acompaña 、セ@ regresión de las células adiposas, por ejemplo de la grasa perirrenal a fibroblastos, antes bien, vuelven a adoptar el aspecto lobula2o, como de un órgano glandular, que también suel? encontrarse en los niños con caquexia. Los trabajos de WASSERMANN y colaboradores, demuestran que las formaciones grasas primitivas se orig¡nan de células del mesénquima perivascular, estrecham<nte relacionadas con el mismo イ・エ■」セ、ッ@ primitivo que engendra los nó3ulos linfáticos. De esta manera se explicaría la tendencia algunas veces セN「ウ・ゥカ。、@ en el tejido linfático a reemplazar al teJido graso, y viceversa, como sucede en el timo. Expone WELLS, en su interesante trabajo, los 。イセ@ gurnentos aducidos en favor de que el "órgano graso" constituiría un sector del sistema retículoendotelial, al cual nada le estorba su carga grasa para desempeñar otras vitales funciones como la pセ_オ」ゥョ@ de anticuerpos, 」ゥセイエッウ@ p: ッ」セウ@ metaha Icos y el englobamiento de partículas de coloイ。ョエ・セ@ VItales. WASSERMANN ha llegado incluso a sugenr que la grasa que envuelve ciertas estructura1s glandulares participaría en la propia función g andular. f Mucho se ignora sobre la verdadera ヲオョ」セ@ de .セイュ。」ゥッョ・ウ@ grasas especializadas, como la llamada grasa. parda", la grasa in teresca pular, el tejido ァイ。セ@ ウセ・ーョイ。ャL@ la ァセ。ウ@ periaórtica, el depósito graso q constituye la JOroba de los camélidos o que se encuentra en la base de la cola de ciertas razas de 」。イョ・セッウ@ d . al - . · -・セュッウ@ e una gran oportumdad el que, revisar los datos existentes haya acentuado WELLS 1 · ' de estos problemas hasta ahora aPenJs aeb mterés d d Q ' su estrucue el llamado, por tur or a os. a 1obulada "tejido adiposo glandular", consti- tuya un almacén de lipoides y vitaminas o bien guarde íntimas relaciones con el sistema endocrino, no son hasta el presente más que conjetL¡ras. lo mismo que las que tratan de explicar la esencia de la esteatopígia, la inmutabilidad de los lipomas en la caquexia 。」セzョエオ、L@ la distribución de la ャゥーッセ@ matosis simétrica, la génesis de la lipogranulomatosis y, en general, todas las cuestiones concernientes a la variada ー。セッャァ■@ del tejido graso, desde el escleroma del recién nacido hasta la lipodistrofia in ウオセ@ ínica. No es necesario subrayar el interés de esta concepción del エセェゥjッ@ graso como "ó:gano adiposo" para los problemas de la obesidad y para la cuestión del transporte de la grasa dentro del organismo. Es bien conocido el papel que, según varios autores (JIMÉ. EZ DÍAZ, VON BERGMANN), desempeñaría la lipofilia tisular en la génesis de la ッ「・セ@ sidad, concepción en favor de la cual no hace mucho adujo HÉTENYI 2 interesantes argumentos. En cuanto al transporte graso ha vuelto a rehabilitarse la importancia del "órgano 。、ゥーッセB@ para la misma desde que, con sus bellas experiencias con grasa " tatuada" con deuterium, demostraron SCHOENHEIMER y RITTENBERG 3 que la grasa ingerida, aunque sza en cantidad escasa, marcha en gran parte directamente a los presuntos "depósitos" antes de ser utilizada por el organismo. Hay una interesante formación adiposa que apenas menciona \\'ELLS en su trabajo, tan completo en los demás aspectos. Nos referimos a la grasa de la ュセ、オャ。@ ósea, la cual demostraron ZINK. NERKING, CHENG y otros autores, difiere アオ■ュゥ」。・ョセ@ te de la del resto del organismo. En 1 8 69 estudió NEUMANN la llamada obesidad primaria de la medula ósea y otros anatomo-patólogos han hablado también de una midolipomatosis. Constituye esta grasa de la ュセ、オャ。@ ósea una formación adiposa de extensión nada menospreciable y que tend: ía una ciert.a individualidad fisiológica a juzgar por la inエZセウ、。@ y i_イッョセゥエオ、@ con que disminuye por la 。」セ@ 」セッョ@ .de la tiroxma, como demostró RoF 4 o:n expeョ・ciセウ@ en conejos. La fulminante depleción grasa expenmentada en estas 」ッョ、セ■・ウ@ por la medula ósea, es pr.estamente restablecida por el organismo, lo que sugiere que la grasa desempeña dentro de las diáfisis una función de mayor impo1 tancia que la hasta 。セッイ@ supuesta. Todo ello hace pensar que, como dice WELLS, el órgano adiposo debería ser considerado por los fisiólogos como algo más que un mero almacén, como un órgano de elaboración . d: modalidades ュャエゥーセ・ウ@ dentro del propio organ1smo, cuyas funciones es probable que hasta el presente hayan sido demasiado descuidadas. c.. 36 5-13 EL óRGANO ADIPOSO 6 BIBLIOGRAFíA l. H. G·nEO"l WF.LLS.- Journ. Americ. Med. Asscc. 114, 2177 y 2. 3. HETENVJ.- Deutsch. Arch klin. l'led. 179, 124, 1!'26. SCHO:;::-IIIElMER y R:TTE CE .G . - J . urn. biol. Chem. 4. RセYAIL@ 1910. 1135. J. RoF.- Rev. Española de Biolcgía, 2, 47, 1933. 111 , 1"'5 1 •
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