José Luis Almarza (Madrid)

EDUCAR ¿UN MILAGRO?
D. José Luis Almarza (Profesor de la Escuela Universitaria de Magisterio)
Sí, la verdad es que generalmente no me cuesta estar en público cuando aquello de
lo que voy a hablar es algo que me creo, que forma parte de mí, que coincide
conmigo, me gusta estar delante de los demás, pero si lo que hago no me lo creo
porque no coincide conmigo como el representar un papel de teatro, contar un chiste
o bailar lo paso fatal, hay una distancia entre el gesto y la persona. Bueno, pues hoy
me siento comprometido, un poco inseguro, - (Es la primera vez en 27 años que lo
veo así)- porque después de narrar hechos, que algunas palabras estén a la altura de
eso, es un milagro ya concreto y me engancho a la palabra que nos va a acompañar
este momento. ¿Cómo puedo yo atraer de vosotros un poco de atención con la
naturalidad que atraen las historias que, de hecho, son un milagro?
Hace unos meses me pasó algo parecido a este estar comprometido como ahora. Me
invitaron a un programa de televisión para comentar una película y debatir sobre un
tema. El tema era “miedo a envejecer” y yo ponía resistencia a la secretaria de
producción, digo: ¡no pinto nada allí!, miedo a envejecer, no he hecho ningún curso de
estética, no soy psicólogo, ni médico, ni psicopedagogo, ni sociólogo, ¿en función de
qué puedo yo presentarme allí con una mínima dignidad?, ellos me decían: Pero tú
tienes que venir. Rápidamente entendí cual podía ser mi aportación en el plató y era
la razón por la que estuve durante esas tres horas de programa ¡menos envejecido
que el resto! Yo podía hablar de hombres y mujeres que había conocido en mi vida –
tengo 53 años- algunos muy especiales, en los que yo he visto un bello envejecer y
un corazón que no envejecía. Hay muy poca gente que haya visto esto y, por la tanto,
si alguien lo sabe contar con seguridad y certeza, se convierte en un bien para el
mundo. Todos los invitados tenían justificación técnica en su currículum, pero me
miraban y su cara rejuvenecía. ¡Era un acontecimiento! ¡Un milagro dentro de un
programa de televisión! Porque siempre que sucede un acontecimiento estamos ante
un milagro.
Y entonces ¿Qué puede justificar, permitirme, sabré nadar, salir a flote en este
compromiso que yo tengo y este embargo que tengo ante vosotros después de una
mañana de testimonios y meses y años de experiencia, de historia, de implicación?
¿cómo puedo sobrevivir a esto? Me he visto obligado entonces a hacer un pequeño
trabajo de memoria a acudir a aquello que tengo tatuado en mi conciencia y en mi
corazón respecto al rostro de personas y de tramas de relaciones donde yo he
percibido que el milagro existe. Cuando estos días os hablaba Juan Luis de los
últimos días de las vacaciones con los amigos que hemos ido a ese museo de
miniaturas “el carromato de Max” yo decía ¡venid, merece la pena porque vais a ver
algo que si no lo veis, no lo creéis!
Siempre que estamos ante un milagro, podemos decir lo mismo. Es la razón por la
que Jesús le dijo a Juan y Andrés en aquel primer encuentro ¡venid y veréis! Y
cuando Juan le dice a su hermano Santiago y Andrés a Pedro, le dice: ¡ven, si no lo
ves no lo crees! Le está hablando de un milagro. Hay la distancia de un palillo donde
están labradas las siete maravillas del mundo o en la cabeza de un alfiler, una obra de
Velázquez; cuando lo ves, dices ¡si no lo veo, no lo creo! Pero cuando Juan y Andrés
estuvieron con aquel hombre, cuando yo he conocido hombres de bello envejecer y
de corazón que no envejece, cuando me he encontrado en una historia, con hombres
apasionados con educar, la pregunta que ha surgido en mí no solo es ¡si no lo veo, no
lo creo! sino el título de una canción de Serrat “¿Qué sería de mí sin ti?” En adelante
ya no puedo imaginarme a mí mismo sin esto.
El título de este encuentro es “Educar ¿un milagro?”; la primera alusión o referencia a
lo que se refiere la palabra “milagro” es el juego de lo posible e imposible. Así se lo
explica el profeta Natán a David, así lo explica el profeta Isaías, o el Ángel a María.
Lo imposible para el hombre, es posible para Dios.
Pero hay una posible reverberación de la palabra “milagro” junto a lo imposible, que
es muy interesante, porque ante la primera alusión te puedes defender teóricamente,
pero ante esta segunda vertiente del milagro, no te puedes defender, porque lo
imposible es deseable, es apetecible, es atractivo, como cuando decimos en la misa
¡es justo y necesario levantar el corazón! El milagro es tan apetecible, que hasta un
ateo quiere que exista, si lo mira con atención. Uno de los grandes directores del cine
español, José Luis Garci, comentando lo que para él es un “milagro” cinematográfico,
-también lo era para D. Giussani- la película de Dreyer “Ordet”. Cuando en los años
70 estaba de moda ser ateo existencial, ser un eco de Camus, o de Sartre, en el patio
de butacas de la filmoteca de Madrid, en el momento final en que aquella mujer volvía
a la vida, por la palabra eficaz de Johannes, dice: ¡los que también iban de ateos
tanto en la sala como después, deseábamos, comentábamos ese milagro! Educar,
¿un milagro?, es lo apetecible, lo imposible por un momento deseable.
Sucederá como la mujer que se queda embarazada en el primer encuentro con su
marido o después de cinco años, pero es deseable como esa mujer desea tener un
hijo, como es deseable que el pequeño gane al grande. Si hoy gana Tokio, gana la
tecnología punta y la economía de las finanzas, si gana España gana una cosa
grande, pero pequeña en comparación con Tokio. El otro día en una terraza de
verano, un camarero me decía: yo soy del barça, pero creo que los del Madrid y los
del Barcelona de vez en cuando se meta dentro, como pequeño, ¡ojalá ganéis la
supercopa! –nos decían los del Atletic- En este momento es lo imposible deseable,
porque si no la liga es cosa de dos, aburrida; en el fondo poco que ganar, porque no
hay lugar para la sorpresa. Educar un milagro, pues vosotros diréis y os habéis estado
contando las sorpresas en que estáis envueltos. Si son deseables y por tanto
comunicables, recuerdo año 94-95 cuando nos llegó a España en italiano el libro de
D. Giussani ¿Se puede vivir así? ¡Yo salté de alegría! No había leído el libro, pero me
encantaba el título y a todos mis amigos les decía: ¡pero qué título! Es que no me
acostumbro a ese título.
Cuando uno ve a un Benedicto XVI, o a un Papa Francisco, o a un Juan Pablo II, o
testigos y te dicen ¡se puede! Sucede algo nuevo. Cuando yo comienzo las clases en
la universidad y empiezo acercándome al punto M del misterio que es la experiencia
elemental del corazón, siempre hay algún chico o chica, generalmente por
sensibilidad e inteligencia las chicas, que me dicen: no me vengas a despertar lo que
ya he logrado tranquilizar y adormecer, a no ser que sea posible una respuesta ¿Se
puede vivir así? ¿Se puede hablar y exponer el corazón así? Su defensa contra mí, es
ya un testimonio de que ya en esa clase ha ocurrido un milagro; que lo dormido se
despierta, lo endurecido, las piedras se convierten en hijos de Abrahán, que lo
arrugado y encogido se dilata. ¡Educar un milagro! Toda la mañana estáis dando
testimonio de ello y todo milagro es ¡no convencional! Y siempre no reglado. Puede
ocurrir en lo reglado, y en lo convencional ¡una presencia de esquemas, dentro de
todos los esquemas!
Ayer escuchaba una pequeña entrevista –no sé si os sonará el nombre- Alejandro
Blanco. En estos años de televisión y de márkting, Alejandro Blanco, sí que os suena,
es el presidente de la comisión de trabajo de Madrid 2020, veinte, veinte, es decir ha
coordinado el trabajo para los juegos de 2020 y en la entrevista defendía con mucha
naturalidad, convicción y cultura, que los juegos olímpicos son algo más que deporte,
que una sede se presenta y se expone ante el mundo. La misma ceremonia de
presentación y clausura de los juegos olímpicos, es toda una gestación cultural de
primera categoría junto con los elementos técnicos, de la propia historia, de la
tradición, de las propias expectativas de futuro y también es un acto de confianza
colectiva.
Barcelona 92 en sus olimpiadas dejó de ser ciudad acomplejada. Hay momentos en
nuestra historia que como catalizadores o detonantes, abren posibilidades nuevas,
con puntos de no retorno. España en el panorama deportivo internacional y mundial
está en la cresta de la ola en muchas cosas, desde Barcelona 92. Él decía entonces:
los juegos olímpicos son algo más que deporte, un país crece si genera personas –
decía-. Esto ya es interesante, porque no hay nadie de la izquierda cultural que diga
esto. Se dice: un país crece si las instituciones se hacen transparentes y no sé qué
democrática; hace afirmaciones genéricas que no se refieren a nadie, o sea este
sujeto, es un sujeto humanamente fino –me llamó la atención- solo que al final,
restringió la cuestión. Un país se crea generando personas y eso lo hace el deporte y
yo escuchando dije: sí, porque el deporte es algo más que deporte. O sea conocer a
Vicente del Bosque o al preparador de Nadal, me interesa. Ese modo humilde y
humano con el que Rafa Nadal vive la victoria y la derrota, es una cosa
interesantísima para todos los jóvenes, pero existen más cosas que generan
personas; en mi caso fue una incursión en el mundo artístico musical, ¡mi padre me
lanzó a la piscina del arte!, debéis hacerlo con vuestros hijos y las personas a las que
queréis. Meterles más allá de lo convencional y reglado en el deporte de verdad o en
el arte de verdad.
Pasados los años, me doy cuenta que todo lo que iba (lo decía un profesor) solo no
sirve únicamente lo que no se sabe, luego todo sirve, nada se pierde, pero aflora a su
debido tiempo. Cuando hemos tenido periodos de sequía y faltaba agua en los
pantanos, los ingenieros de caminos y los geólogos nos empiezan a hablar de las
aguas subterráneas. Mientras que hay agua, parece que no existe lo subterráneo,
pues la densidad en metros cúbicos en agua subterránea, es mayor que la visible,
quitando el mar. Es decir existen veneros ocultos, que afloran a su debido tiempo,
¡son Guadianas de la existencia! Digo esto, porque educar según va pasando el
tiempo, para mí –lo reconozco- es cada vez más en esta imagen y en la del
“sembrador del Evangelio” que siembra a manos llenas como derroche. No digo que
en la parroquia no deba ser cuidada la aportación por banco, sistemáticamente
controlada, justificada para que la parroquia sepa qué presupuesto debe hacer, que
todos hemos razonado, pero desaparecería el cristianismo si desapareciera la
limosna imprevista, como Gaudí que se lo rifaban en Manhatan y en París y él
mendigaba cada día una moneda para seguir construyendo el templo. Allí estaba la
dimensión más profunda del templo, la razón por la que se sigue construyendo y
sobre todo la razón por la que nos sigue atrayendo.
En cambio en este momento de recursos limitados, nos gustan los medios
optimizados, es la racionalidad científico-técnica. Es un derroche de lo limitado, es
decir es la desfachatez de la corrupción, pero el derroche de Dios, es el derroche en
la sobreabundancia ¡a eso no te puedes acostumbrar!, porque es un milagro. Hay
algunas cuantas cosas a las que no me acostumbro nunca, -las tarteras de mi madre,
que me da los Domingos para…- pero no es porque existan, es por el modo de
llenarlas. Que vayan gente los Domingos a misa y permanezcan hasta el final de la
misa; las dos cosas, que vayan y que estén, ¡que existan obras de caridad! No
organizadas estatalmente, de la Providencia, hasta límites vertiginosos. El Cotolengo,
no solamente vive de la Providencia, sino que no puede aprovisionarse para mañana,
nada, ¡cada día comienza de nuevo! Y la pasión educativa que nace siempre en algún
lugar, o vive de la Iglesia, a esto no me acostumbro. O sea que un partido populista o
ideologizado quiera controlar el ministerio, que un partido de izquierda te cierra todas
las conserjerías, menos la de educación, esto lo entiendo. Es la propaganda de todas
las ideologías, pero que haya gente que arriesgue, no por un negocio, ¿cuántos
colegios son negocio? sino con el deseo de sembrar a manos llenas como el
sembrador, derrochando la sobreabundancia de la semilla. A eso no me acostumbro.
Espero que a los testimonios que os habéis dado –hablan por sí mismos- no os
acostumbréis.
Tres palabras ineludibles para el milagro de la educación ¡nos las sabemos todos!
Nos las sabemos todos, pero deben ser conquistadas y redescubiertas de nuevo.
Tres palabras del milagro de la educación, de este milagro que existe. Todo comienza
allí donde hay una “presencia”, donde uno percibe un más. Estoy leyendo este
verano un buen libro sobre San Ignacio de Loyola; Juan Luís os hablaba de San
Benito porque intentábamos conocer a San Benito para entender a Benedicto XVI.
Pues para entender a este Papa, Francisco, conviene conocer a San Ignacio de
Loyola. Lo más grande de su alma, está tocado por un carisma, un carisma particular
que el Señor y la Providencia han querido que sea un servicio para la iglesia particular
y este Papa no tiene complejos sobre esto, no lo oculta. Esto tiene una
transcendencia enorme y se verá en el tiempo.
Pues leyendo este grandísimo libro me han llamado la atención bastantes cosas. San
Ignacio fue pasando por las universidades de Alcalá, Salamanca y París. Por su
conversión no manifestaba una excesiva pasión por el currículum de asignaturas; no
porque despreciara el estudio o la razón, como de alguna manera hacía Lutero, sino
porque había una urgencia en su corazón y una gracia de sabiduría de otro carácter
que el académico. Con facilidad se distraía, empezaba un curso, pero ante la
conversión de alguien o dando ejercicios, abandonaba el curso y no lo terminaba,
pero es muy interesante que alguien que no manifestaba un excesivo entusiasmo por
la universidad en cuanto tal, entusiasmó a los mejores universitarios y profesores de
la universidad ¡esto es una maravilla, eh! O sea, grandes catedráticos y los mejores
estudiantes quedaban atrapados por un “Más” que había en él.
Decir presencia es decir encuentro, percibir una gran oportunidad e intuir que quizá
en adelante con él ya nada será igual. Alguien no entusiasmado excesivamente con la
universidad, es el padre de cientos de universidades por todo el mundo durante
siglos, significa que en esa presencia hay una semilla misteriosa. Es un N+1, el signo
remite más allá, por el que existe y se sostiene en todo el mundo, el N. Es el más allá
en el misterio, por el que podemos estar más acá, como la virginidad de Cristo se
presenta en Canaá y su virginidad permite que la fiesta matrimonial continúe. Como
ese misterioso hombre, el séptimo que es Él, en el que aquella mujer que ha
deambulado con seis, descubre por fin aquel para el que estaba hecho y ha permitido
ese deambular de seis, que para encontrarse con el séptimo.
Segunda palabra, ineludible para el milagro de la educación: “propuesta” siempre
me llama la atención, cuando leo en el libro educativo, algo que percibo cada día y
cada día trato de entender un poco mejor; ya lo decía en los años 60, no en el 2013,
ese miedo tan extendido, esa extraña incapacidad que hay en los jóvenes para
afirmar el Ser. Este miedo de afirmar el Ser, surge de la falta de compromiso con el
Ser ¡cuánta intensidad y sólida adhesión a la existencia, se necesita para seguir toda
la voz de la realidad! Es natural que los jóvenes se paren pronto, incluso antes de
comenzar, aunque si no se les ayuda a adherirse sinceramente a la existencia.
Esta fractura, esta herida, esta fragilidad que percibimos en los jóvenes, podemos
familiarizarnos con ella, sintonizar con ella, simpatizar con ella en la medida en que
no rehuimos la nuestra, por eso Nembrini en esas primeras líneas, habla de que la
primera tarea es cuidar su propia santidad. “Propuesta y Promesa” ¡no propongas
nada que no hayas comprobado! ¡No lleves a ningún sitio, si tú no vienes ya de allí!
¡No hagas experimentos frívolos! –En castellano, se dice experimentos con gaseosalo cual no significa que ese terreno al que tú has ido, no esté labrado de ensayo,
acierto, error, error, error, algún acierto.
No puedes evitar las heridas de los demás, pero conviene no usarlas para defenderte
tú, ¡arriesga tú y si has llegado a algún lugar proponlo! Y exponte, proponte
arriesgando. Yo siempre lo digo, ¡ven conmigo! Y si no, te pago el viaje, ¡ven
conmigo! Y si no yo te pago el libro; o sea pagar por adelantado, estar dispuestos a
pagar, que al menos los chavales encuentren a alguien que no tiene miedo, ni
siquiera miedo de sus miedos y miedo de su debilidad.
Y la tercera palabra ineludible del milagro de la educación, sería “compañía”. Por no
alargarme, para entenderle, este libro de entrevistas expresa la quinta esencia de la
personalidad del Papa. El capítulo cinco es el capítulo del tema educativo, merece la
pena leer el libro y este capítulo para vosotros y ahí en la página 64 y 66 habla de lo
que significa la compañía en los términos de Juan Luís y de los testimonios, con dos
ejemplos históricos, extraordinariamente bonitos; página 64-66, ahí lo tenéis .
Ahora no lo recuerdo muy bien, pero están las ecuaciones de “Lorens”, que sirven
para la traslación de los campos electromagnéticos. Julián ya ha hecho una cierta
ecuación de translación, porque nos ha dicho en los ejercicios últimos, “lo importante
no es quien afina mejor la verdad, sino quien puede testimoniar que se vive“ se puede
vivir y se vive mejor, es una cierta ecuación de transformación, sin traición. Ya lo
había dicho Juan Pablo II en torno al 2000, hablando a los jóvenes, cuando les decía
que la gran pregunta que siempre permanece en la historia, ¿quién es Jesús? Tiene
ahora una vertiente más interesante, pedagógica, ¿Dónde se puede encontrar?
Bueno, pues estas tres palabras ineludibles del milagro de la educación, nos permite
una tercera ecuación de translación. ¿Cuántas veces la madre o el padre, les dice a
los hijos en edad adolescentes, o un poquito mayores, ¿donde habéis estado?
¿Cuándo habéis vuelto? Porque os dije a las 4 de la noche ¿qué habéis hecho? Pero
siempre se queda subterránea la gran pregunta que debería ser nuestra gran
preocupación ¿con quién habéis estado? ¡Da igual a qué hora vuelvan! ¿Qué han
hecho? ¡Da igual!,¿Cuándo ha vuelto? ¡Lo importante es con quién, porque si son
amigos leales, aunque hayan metido la pata juntos, pueden aprender juntos!
Es para lo que menos nos enseñan ¡ni en el instituto, ni en la universidad! ¡No hay
nadie que enseñe! Esta es la razón de los divorcios, de las fracturas, de los
enfrentamientos; esta es la razón por la que el trabajo se hace duro ¡porque no
sabemos con quién jugarnos la vida! El gran poema de Miguel Hernández, en la
elegía a Ramón Sigé, - su amigo del alma- cuando se muere en Orihuela, ¡con quien
tanto quería! –dice-. En el fondo teníamos que decir así de nuestros amigos ¡con
quien tanto tú! ¡Con quien tanto he aprendido a decir tú! ¡Con quien tanto yo! ¡Con
quien tanto me he descubierto yo!
Esto no lo sabe nadie, resulta que están tres años con una chica de noviazgo y no
sabe con quién y no sabes con quién implicarte en una tesis doctoral y te dejas que te
chulee él o ella, que nos instrumentalicemos, que nos llevemos sorpresas y
decepciones. Tenemos que mostrar a los chavales que esta extraña falta de adhesión
al Ser, es lo más antinatural de la vida. Nos tienen que ver preocupados por esto ¡no
sermoneando! ¡Preocupado, urgidos, apasionados por enseñarles a jugarse las
relaciones! ¿De qué me sirve que mi hijo tenga premios en la universidad, si no sabe
con quién se juega la vida? Y esto es una cosa, primero en la que podéis crecer
juntos y a la que podéis invitar.
¡Oh milagro, tan antiguo y tan nuevo! Todos los momentos de la historia y de la
reforma de la iglesia en la historia, vienen siempre expresados en términos de caridad
y de educación. Tú has hecho alusión a Jerónimo Emiliani, a quien conoció Ignacio de
Loyola en Roma en el Sg. XVI; texto precioso si queréis mirarlo en la liturgia de las
horas, del 27 de Enero, Sta. Ángela de Médicci, también en el Sg. XVI de su
testamento espiritual, como enseña a jóvenes y mujeres a cuidarse para cuidar a
jóvenes.
El Sg. XIX está plagado de iniciativas de educación y caridad. El Sg. XXI vuelve a
emerger “emergencia educativa” en la palabra de Benedicto XVI ¡urgencia, riesgo,
peligro! Necesidad de que emerja también, aparezca algo nuevo, ¡milagro! ¡Ser
realistas! ¡No os conforméis con menos de lo imposible! Que crezca en vosotros el
deseo, como ese matrimonio que durante cuatro o cinco años está albergando el
espacio, el hospicio para el don de la vida. Ayudémonos a no dar por supuesto estas
historias bellas de pobreza y de riqueza.
Nunca nadie aprende a pedir como cuando se es Papa, porque es el padre de toda la
Iglesia; tiene que ser sencillo pedir, tiene que ser sencillo también reconocer la obra
de la gracia, porque te vienen de cincuenta mil lugares del mundo iniciativas que son
milagrosas. Por lo tanto el que está en el umbral de la verdadera petición, del
verdadero asombro, al menos o sea análogamente ayudémonos a esto. La verdadera
petición, la verdadera paciencia, la verdadera gratuidad. Echad un vistazo alguna vez
si podéis, a la película o el libro “el hombre que susurraba a los caballos” es una
película terapéutica. El caballo está muy herido, pero es la metáfora de la herida que
hay en los distintos elementos que hay en la familia, la historia reclama a una mirada
que aprender, una mirada llena de paciencia y de gratuidad. Pues segundo encuentro,
inicio de paciencia y gratuidad
EDUCARE, UN MIRACOLO?
Don José Luis Almarza (Professore Scuola Universitaria di Magisterio MADRID)
Sí, la verità è che in genere non faccio fatica ad essere in pubblico quando quello che
sto per dire è qualcosa a cui credo, che è parte di me, che coincide con me stesso, e
mi piace essere davanti agli altri, ma se a quello che faccio non credo perchè non
coincide con me, come rappresentare una parte in un‟opera di teatro, raccontare una
barzelletta o ballare, allora è per me un incubo, c‟è una distanza tra me e il gesto che
faccio. Oggi mi sento un po‟ insicuro, in imbarazzo. „E la prima volta in 27 anni che
penso così, e raccontare i fatti con parole che siano all‟altezza è un miracolo, ed un
miracolo è quello che voglio raccontarvi. Come faccio ad attirare la vostra attenzione
con la naturalezza delle storie che, di fatto, sono un miracolo?
Qualche mese fa ero in imbarazzo come ora. Sono stato invitato ad un programma
della televisione per commentare un film e fare un cineforum. Il tema era “paura di
invecchiare”, io mi negavo alla segreteria di produzione, dicevo: ma io non c‟entro
niente, paura a invecchiare, non ho fatto mai un corso di estetica, non sono uno
psicologo, ne‟ un medico, ne‟ uno psicopedagogo, ne‟ sociologo, come posso andare
là con un minimo di dignità?, loro dicevano: Ma tu devi venire. Allora capii quale
poteva essere il mio contributo ed era la ragione per cui per tre ore sono stato là molto
meno invecchiato che gli altri. Potevo parlare di uomini e donne che avevo conosciuto
nella mia vita – ho 53 anni-, alcuni molto molto speciali, in cui ho visto come è bello
invecchiare avendo un cuore che non invecchia mai. C‟è poca gente che abbia visto
questo perciò, se qualcuno lo sa raccontare con sicurezza e certezza, diventa un bene
per il mondo. Tutti gli invitati avevano una gistificazione tecnica nel loro curriculum, ma
mi guardavano e il loro volto ringiovaniva. Era un evento!! Un miracolo dentro la TV!!
Quando accade un fatto così siamo davanti ad un miracolo.
Allora, cosa può giustificare questo parlare davanti a voi dopo una mattinata di
testimonianze, di mesi e di anni di storia che mi ha coinvolto? Come sopravvivo a
questo? Mi son visto obbligato a fare un lavoro di memoria e riprendere quello che ho
impresso nella mia coscienza e nel mio cuore, volti di persone e rapporti con cui ho
visto come il miracolo esiste. Parlando nei giorni scorsi con don Juan Luis degli ultimi
giorni di vacanze insieme a dei miei amici, siamo andati al museo di miniature “el
corromato di Max”, dicevo: venite, vale la pena, vedrete qualcosa che se non vedete
coi vostri occhi non potreste credere!!!
Sempre quando siamo davanti a un miracolo possiamo dire lo stesso. „E la ragione
per cui Gesù disse ad Andrea e Giovanni nel loro primo incontro: Venite e vedete! E
anche quando Giovanni disse a suo fratello Giacomo e Andrea a Pietro: “Vieni, se non
vedi non credi!” Parlava di un miracolo. Quando Giovanni e Andrea furono da
quell‟uomo, o quando io ho conosciuto uomini invecchiati bene e con un cuore che
non invecchia, o quando ho incontrato dentro ad una storia, uomini appassionati per
l‟educazione, la domanda che mi è venuta non è soltanto “se non vedo non credo” ma
Cosa sarebbe di me senza di te? Non posso più pensarmi senza questo.
Il titolo di questo incontro “Educare, un miracolo?” è un gioco del possibile e del non
possibile. Così spiega il profeta Natan a Davide, così spiega Isaia o l‟Angelo a Maria.
L‟impossibile per l‟uomo è possibile a Dio. Ma c‟è un possibile nella parola miracolo
insieme all‟impossibile, è molto interessante; nella prima allusione puoi difenderti
teoricamente, ma nel secondo senso della parola miracolo non puoi farlo, perche
l‟impossibile è auspicabile, è gradevole, è attrattivo, come quando celebriamo la Santa
Messa: „E cosa buona e giusta alzare il cuore! Il miracolo è così gradevole, che perfino
un ateo lo desidera se lo guarda attentamente. Uno dei grandi registi del cinema
spagnolo, José Luis Garci, commentando quello che per lui è un “miracolo” del cinema
– anche per Don Giussani lo era- è il film di Dreyer “Ordet”. Negli anni ‟70 andava la
moda essere ateo, essere un‟eco di Camus, o di Sartre, nella filmoteca di Madrid, nel
momento finale in cui quella donna torna alla vita, per la parola efficace di Johannes,
dice: tutti quelli che dicevamo di essere atei, sia dentro la sala sia dopo, desideravamo
questo miracolo! Educare, un miracolo?, è la cosa più auspicabile, l‟impossibile per un
momento desiderabile.
Succederà come alla donna che rimane incinta dopo il primo incontro con suo marito o
dopo cinque anni sposati, è desiderabile come quella donna desidera avere un figlio.
Se oggi vince Tokio, vince la tecnologia, l‟economia, se vince Spagna vince una cosa
grande ma piccola in paragone con Tokio. In questo momento l‟impossibile è
desiderabile. Ricordo l‟anno 94-95 quando arrivò in Spagna in lingua italiana il libro di
don Giussani “Si può vivere così?” Che allegria! Non avevo ancora letto il libro ma mi
affascinava quel titolo, dicevo a tutti i miei amici: Che titolo! Non mi abituo ad un titolo
così.
Quando uno vede Benedetto XVI, o Papa Francesco, o Papa Giovanni Paolo II,
testimoni che dicono: Si può!, succede qualcosa di nuovo. Quando comincio le lezioni
all‟Università e mi avvicino al punto M del mistero che è l‟esperienza elementale del
cuore, sempre c‟è qualche ragazzo o ragazza che dice: non venire a svegliare quello
che sono riuscito a tranquillizare a meno che ci sia veramente una risposta. Si può
vivere così? Si può parlare ed esporre così il cuore? La loro difesa è già una
testimonianza che in classe è successo qualcosa, è avvenuto un miracolo; quello
addormentato si sveglia, le pietre si convertono in figli di Abramo, il cuore rimpicciolito
si allarga. Educare è un miracolo! Tutta la mattina vediamo testimonianze di questo
tipo e tutti i miracoli sono qualcosa di non convenzionale.
Ieri ascoltavo una intervista ad Alejandro Blanco. Lui è il presidente della commissione
di lavoro per Madrid 2020, nell‟intervista difendeva con naturalezza, convinzione e
cultura che i Giochi Olimpici sono di più di uno sport, è un posto dove ci si presenta e
ci si espone al mondo. La cerimonia di presentazione e chiusura è tutta una
presentazione culturale di prima categoria, della propria storia, della propria tradizione
ed un atto di collettività.
Barcellona 92 smise di essere una città di bassa autostima. Ci sono momenti nella
nostra storia che aprono delle possibilità nuove. Spagna nel panorama sportivo
internazione è al top da Barcellona 92. Alejandro Blanco diceva: uno stato cresce si
genera delle persone.
Questo è interessante perchè ormai non c‟è nessuno della sinistra culturale che dica
queste cose. Se uno dice che uno stato cresce se le istituzione diventano trasparenti
fa delle affermazioni generiche che non si riferiscono a nessuno. Uno stato si crea
generando delle persone e se questo lo fa lo sport vuol dire che lo sport è qualcosa di
più. Conoscere Vicente del Bosque o all‟allenatore di Nadal, a me interessa. L‟umiltà
e l‟umanità con cui Rafa Nadal vive la vittoria e la sconfitta, è molto interessante per
tutti i giovani, ci sono più cose che generano persone: nel mio caso personale fu il
mettermi nel mondo artistico musicale: fu mio padre a lanciarmi! Dovete farlo con i
vostri figli e con le persone a cui volete bene.
Col passare degli anni mi rendo conto, come mi diceva un professore, che tutto quello
che si impara serve, niente viene perso, viene fuori quando si ha bisogno, al momento
giusto. Quando abbiamo avuto dei periodi in cui mancava l‟acqua, gli ingegneri e i
geologi hanno cominciato a parlare delle acque sotterranee. Mentre c‟è l‟acqua,
sembra che non ci sia il sottoterra, la quantità di metri cubi nell‟acqua sottoterra è più
grande di quella che si vede, togliendo quella del mare. Cioè, ci sono flussi d‟acqua
che compaiono, sono il Fiume Guadiana della vita. Dico tutto questo perché educare é
per me questa immagine e quella del seminatore del Vangelo che semina a mani
piene come sprecando. Non dico che nella parrocchia non debba essere curato il
contributo per le panche, sistematicamente controllata, giustificata cosí che la
parrocchia sappia il Budget che ha, che tutti abbiamo pensato, ma il cristianesimo
scomparirebbe se scomparisse l‟elemosina imprevista, come Gaudí a cui tutti
volevano, da Manhattan a Parigi, dare una moneta che lui mendicava ogni giorno per
la costruzione del tempio. Là c‟era la dimensione piú profonda del tempio, la ragione
per cui il tempio si costruisce e soprattutto la ragione per cui ancora oggi ci attrae.
Invece, in questo momento di mezzi limitati, ci piacciono i mezzi ottimizzati, è la
razionalitá scientifico-tecnica. È uno spreco del limitato, cioé della sfacciataggine della
corruzione, ma lo spreco di Dio è lo spreco nella sovrabbondanza e a questo non puoi
abituarti perché è un miracolo. Ci sono alcune cose a cui non mi abituo mai, per
esempio che ci siano delle persone alla messa della Domenica e rimangano fino alla
fine, vanno e rimangono!!, che ci siano delle opere di caritá, non organizzate
statalmente, ma organizzate dalla Provvidenza fino a limiti inimmaginagili. Il
Cottolengo, non soltanto vive della Provvidenza, anzi non si possono approvvigionare
per domani, niente, ogni giorno comincia da capo, é nuovo!!. E la passione educativa
che nasce sempre in qualche posto, o vive della Chiesa, a questo non mi abituo.
Tre parole per il miracolo dell‟educazione che non dobbiamo scordarci:
Prima, Presenza: In questi giorni leggo un libro su Sant‟Ignazio di loyola; don Juan
Luis vi diceva prima che per capire papa emerito Benedetto dobbiamo conoscere San
Benedetto, ebbene per capire Papa Francesco dobbiamo leggere Sant‟Ignazio di
Loyola.
Questo santo passò per le università di Alcalá de Henare, Salamanca e Parigi Non
manifestava una passione smisurata per gli studi, lui aveva una urgenza nel suo cuore
e una grazia di sapienza oltre al carattere accademico. Lui comiciava il corso ma
subito quando capiva la conversione di qualcuno o predicava gli esercizi spirituali,
abbandonava il corso, non manifestava un grande entusiamo per l‟università ma
entusiasmò i migliori studenti e professori delle università: questo è una meraviglia!
Dire presenza è dire incontro, percepire una grande opportunità, intuire che insieme a
lui le cose non saranno più le stesse. Sant‟Ignazio non grande appassionato
dell‟univesità è il padre di tanti e tanti universitari nel mondo da secoli, è una presenza,
è un seme misterioso.
Seconda parola, proposta, inevitabile per il percorso del miracolo dell‟educazione. Mi
colpisce sempre quando Nembrini ci parla di quella paura dei giovani per affermare
l‟Essere. Questa paura viene dalla mancanza di amore per l‟Essere, si ha bisogno di
un‟adesione grande all‟esistenza per seguire la voce Della realtà. Con questa ferita,
questa fragilità che si percepisce nei giovani, possiamo familiarizzare solo se lasciamo
da parte la Nostra, per questo Nembrini nelle prime righe ci dice che la prima cosa è
curare la propria santitá. “Proposta e promessa”, non devi proporre nulla che non hai
verificato!, non invitare da nessuna parte se tu non vai!.
Non possiamo evitare le ferite degli altri ma non possiamo usarle per difenderci,
rischia tu e se sei arrivato ad un bel posto, proponilo! Io sempre dico: vieni con me, se
non puoi pagare il viaggio lo pago io ma vieni con me.
La terza parola importante è compagnia. San Giovanni Paolo II diceva ai giovani
nell‟anno 2000, la gran domanda che rimane sempre nella storia è: Chi è Gesù? Dove
possiamo incontrarlo?
Quanto volte i genitori domandano ai figli: dove sei stato? Con chi sei tornato? Cosa
hai fatto?, ma la domanda più importante non viene fuori: Con chi sei stato?
Non importa l‟ora di rientro, cosa hanno fatto.... l‟importante è con chi, perchè se sono
degli amici leali, anche se si sono sbagliati, possono imparare insieme. Ma questo non
ce lo insegna nessuno. Non sappiamo con chi dobbiamo giocarci la vita. Dobbiamo
insegnare ai ragazzi come la mancanza di adesione all‟Essere è la cosa meno
naturale del mondo. Devono vederci preoccupati per questa questione, appassionati di
insegnargli con chi devono giocarsi i loro rapporti, la loro vita. Il secolo XXI, come ha
detto Papa Benedetto XVI, fa riemergere l‟emergenza educativa. Mai nessuno insegna
a chiedere. Aiutiamoci anche noi a chiedere, aiutiamoci a chiedere la pazienza, la
gratuità. Se vedete il film “l‟uomo che sussurrava ai cavalli”, è una metafora della
famiglia: il cavallo ferito, la storia richiama ad uno sguardo da imparare, uno sguardo
pieno di pazienza e di gratitudine.